El inolvidable milagro que convirtió a una ex-virgen en una Escogida de Dios.

Siempre soñó con el día de su boda. Repetía una y otra vez los detalles maquinados e idealizados perfectamente dentro de su imaginación. Cada detalle era perfecto. Nada fuera de control. Nada podía salir mal, nada debería de salir mal. Debía de ser el día perfecto. Pero no resulto ni remotamente cerca a lo que ella imaginaba.

Siempre recordaría esa mañana perfectamente. Acababa de cumplir sus 17 años y ya se sentía toda una mujer. Como ya era su costumbre, estaba meditando acerca de su futuro. Ese futuro que por primera vez en su vida tenia rostro y nombre: José, su prometido. Cada día marcaba en el calendario una cruz, una roja cruz que representaba 24 horas mas cerca de su sueños de vida. Llevaba meses aprendiendo de todo: coser la ropa, condimentar los alimentos, donde comprar víveres y donde no; mientras intentaba memorizar todos los tips que su abuela le aseguraba “mantedrían viva la llama del amor”…pero nada podía prepararla para lo que estaba a punto de sucederle; nada. De pronto toda su vida cambio. 

Fue tan rápido que sus sentidos no pudieron asimilar la noticia completamente, sino hasta mucho tiempo después. Pero no era para menos, no todos los días se recibe la noticia de que estas embarazada y no conoces muy bien al padre.

EL INOLVIDABLE MILAGRO SEXUAL

Primero un resplandor. Luego un sonido como de un viento fuerte y seguidamente una luz fue llenando toda la habitación. Ella grito asustadisima al ver a un hombre vestido totalmente de blanco aparecer frente a si. “¿Quien es usted? ¿Como entro aquí? ¡Vayase inmediatamente o llamo a la policía!” pero en ese instante el hombre hablo y una paz inundo el corazón de la joven instantáneamente.

“Alegrate, muy favorecida. El Señor esta contigo.” – “¿Que forma tan extraña de saludarme es esa?” pensó para sus adentros. Conocía el repertorio de saludos que “los adultos” empleaban, también la jerga juvenil con la que la saludaban sus amigos del pueblo, pero jamas la habían saludado de manera semejante. Un fuerte escalofrió sacudió su cuerpo, le aterrorizo la idea de estar a solas con un hombre desconocido. Se notaba a simple vista que no pertenecía a su pueblo, y eso aumentaba su confusión y miedo. Permaneció inmóvil y temblando, mientras el hombre continuo: “No tengas miedo María porque Dios te ha dado un privilegio. Vas a quedar embarazada y tendrás un hijo a quien llamaras Jesús. El será Rey y reinara para siempre.” Las palabras parecían amontonarse en sus neuronas tan rápidamente que no le dejaban pensar con claridad. “María… Jesús…¿Rey para siempre?…¿Que significa todo esto? ¿Como sabe mi nombre? – ¿Como se atreve usted a imponerme el nombre de mi futuro hijo? Ademas, ¿como puedo tener un bebe si aun no he tenido relaciones sexuales con mi marido, pues no me he casado aun con el?” – “Dios mismo vendrá a ti y sera el Padre de ese niño. Espíritu Santo te cubrirá con Su Poder y quedaras embarazada.”

Era demasiado. Sus pensamientos parecían ser mas fuertes que su misma voz. “Primero me dice que tendré un hijo sin haberme casado, ¿y ahora me asegura que Dios mismo sera su Padre? ¿que clase de broma es esta?” – Una total revolución lleno sus sentidos. No podía respirar, sentía ahogarse. Instintivamente se recostó en la pared para no caerse mientras su mente intentaba poner en orden sus ideas. Deseo con todas sus fuerzas que su papa o su abuelita estuvieran allí; su abuelita hubiera sabido que hacer y a su papa le hubieran bastado un par de golpes para deshacerse del extraño intruso, pero estaba sola, devastadoramente sola. Conocía bien la Escritura, llevaba la mayor parte de su vida aprendiéndola. Por eso estaba segura que no existía antecedentes de semejante disparate: “¿Tener un hijo siendo virgen? ¿Y Dios mismo seria el Padre? ¿Acaso Dios iba a casarse con ella? La sola idea rayaba en locura, su mente no podía razonar ni mucho menos digerir semejantes palabras. Pero tenia que asegurarse. Su papa la había aconsejado bien. Si un hombre extraño la molestaba en la calle o quería aprovecharse de ella, sabia que hacer, conocía el punto débil de todo varón. Una patada en los genitales dejaba fuera de combate al hombre mas fuerte del pueblo. Tenia que intentarlo, por lo menos podría salir de la cocina y gritar a sus vecinos para que vinieran en su auxilio. Con el ímpetu de una adolescente desesperada se abalanzo sobre el extraño hombre, calculo el lugar del impacto, uso toda su fuerza pero su pierna no alcanzo el objetivo, literalmente “atravesó” la silueta del hombre, y cayo de espaldas en el duro suelo de arena. Su golpe había traspasado al hombre tal y como si fuera solo una nube de humo.

“Es…un… ¡Ángel!” Si, era un Ángel. Igual al que se presento ante Josue y otros grandes de la antigüedad, y eso si estaba en las Escrituras. Ella lo sabia. Por un momento su vida pareció desintegrarse delante de sus ojos, era como una película de horror, donde después de la escena de paz y tranquilidad, el asesino aparece para matar los sueños y eliminar futuros. ¿Un Enviado de Dios? ¿Directamente para ella? No tenia sentido…si Dios hubiera querido realizar algún Milagro dentro de su pueblo seguro hubiera escogido al Sacerdote mayor o algún teólogo de renombre, pero no a una adolescente llena de sueños, no a ella, no era justo. ¿Que pasaría con sus sueños? ¿Que pasaría con ella? ¿Como eliminar de su imaginación su próxima y tan esperada entrada triunfal vestida de blanco? ¿Que pasaría con José cuando se enterara de todo esto? ¿Como hacerle entender al hombre de sus sueños que su luna de miel seria antes de tiempo y que él no estaría presente?

LA IMPRESIONANTE CONFIANZA DE UNA VIRGEN

Pero el Ángel parecía comprender cada uno de sus pensamientos. “Para Dios no hay nada imposible.”

Sus palabras retumbaron en el corazón de la joven tan fuertemente que conmovieron su misma alma. Recordó como Dios la había salvado de ahogarse aquella vez que cayo al rió por estar jugando, y la otra vez en la que Dios sano Milagrosamente su pierna cuando estuvieron a punto de cortarla debido a la gangrena surgida cuando piso aquellos cristales sucios que contaminaron su cuerpo. Si, ella conocía el Poder de Dios. No podía decirle que NO a quien la había salvado, no podía negarse ante Aquel que era su Sanador. Eso no, jamás. No supo si fueron las palabras del Ángel o el hecho de descubrir lo real de la escena pero un torrente de energía sacudió su corazón y su mente recupero la serenidad perdida segundos atrás. Respiro profundo. Se puso de pie y sacudió el polvo de sus ropas. – “Yo soy la esclava del Señor. Hágase conmigo como has dicho.” – El Ángel sonrió. Se despidió cortesmente y desapareció. Mientras María se preparo para cumplir su nuevo sueño: cambiaría sus sueños por la Voluntad de Dios, cambiaría una boda humana por una Boda Celestial y se convertiría en la mujer que Dios escogio para traer a la tierra al Salvador del mundo. 

María luce diferente ahora. Han pasado 33 años desde aquella Visitación Angelical; esta vez ya sabe que es tener hijos “humanos” en su vientre; pero otra vez se encuentra asustada y profundamente nerviosa; solo que esta vez no esta en la pequeña cocina de su juventud ahora esta postrada en el gran monte de Golgota. Tres cruces se vislumbran en el horizonte y en la cruz del medio esta el fruto de su vientre. Hoy ya ha constatado mil veces que verdaderamente Jesús haría lo que ningún humano podía hacer. No, ella no esta pensando en resucitar muertos y levantar paralíticos, ella habla de morir en una cruz. Los Discípulos se encargarían de los Milagros ahora, pero el derramamiento de Sangre para el perdón de pecados era una tarea destinada al Rey. Con lagrimas en el alma Maria vio derramarse la sangre que libertaria al mundo de todos sus pecados. Lloro, sonrió y agradeció por ser una “Escogida de DIOS”.

TU TAMBIEN ERES UN ESCOGIDO DE DIOS

Siempre he admirado a María por una cosa: su Confianza en DIOS. Pocos seres humanos han tenido que Confiar a “ciegas” en una Promesa divina que jamas antes se había realizado, obedecer sin tener antecedentes previos, debían creer que serian pioneros en Milagros nunca antes vistos: Noé al construir el arca, Abraham al tener un hijo a los 99 años, y María al esperar “hacer el Amor” con DIOS mismo.

Confianza puesta a prueba.

Confiar realmente en Dios es difícil. Llegar al punto de dejar de cuestionar, dudar y gritar al cielo, para simplemente decir “Hágase conmigo como has dicho” requiere morir a uno mismo.

1. María era solo una “adolescente a punto de casarse”.
2. NO fue escogida por Dios por ser “mejor que los demás” o porque estaba “meditando en el Señor” cuando se le apareció el Ángel.
3. No era Líder de la Iglesia, Predicadora conocida en las naciones; no era una “santa”, ni mucho menos una gran Profeta del Altísimo.

Pero CONFIÓ en Dios.

Lo único que necesitas para ver un Milagro es Confiar en Jesús. La consecuencia de Confiar en nosotros mismos se llama “crisis”, la consecuencia de Confiar en Jesús se llama “Milagro”.

¿Quien fue María? Un ser humano. Una ex – virgen parada frente a la Cruz en la cual Dios se sacrificaba por la humanidad. Alguien que decidió confiar en DIOS y decir “SI” aun y cuando no entendiera la Voluntad de Dios sobre su vida. ¿Que te parece si hoy, tu y yo hacemos lo mismo? CONFIAR EN JESÚS. Aun y cuando no entiendas la Voluntad de Dios sobre tu vida, porque al final del día comprenderás que también TU eres un Escogido de DIOS.

“Gracias Jesús por morir por mi en la cruz, el día de hoy reconozco que eres mi Dios y mi Salvador y te pido que recibas mi vida; ayúdame a aumentar mi confianza en ti y en tu Amor para mi vida, aumenta mi Fe para ver tu Gloria. Prometo creerte aunque mis ojos no vean nada, y hablar diariamente contigo Precioso Espíritu Santo, Amen.”

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